Alrededor del
mundo, cada año mueren 150 personas golpeadas por un coco en caída libre, diez
veces más de los que mueren devorados por tiburones, que rondan entre 5 y 15.
A pesar de
que la presencia de tiburones es la pesadilla que cualquier
persona que va a la playa, la realidad muestra que según las estadíticas,
es mucho más pobable morir por la caída de un coco en la cabeza que
por el ataque de un escualo.
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